Encadenad@s a páginas: Taller de Escritura (1)
lunes, 1 de julio de 2013

Taller de Escritura (1)

No sé si sabréis, pero Leara del blog Be Literature hace poco creó un taller de escritura. Y me apunté ya que me pareció una gran idea, además así vería lo que otros opinaban de mi forma de escribir. Se nos dio 2 formas de inspiración, una foto o una canción (en este caso Little Talks de Of monster and men, que por cierto me encanta). Aunque tuve problemas al principio para inspirarme, un dia se me ocurrió una escena y de ahí salió este pequeño relato que consta según word de 3 páginas, lo siento si se os hace largo. La verdad es que me daba para alargarme un montón, pero decidí dejarlo tal como os lo enseño ya que se supone que solo había que escribir en 1 hora y yo ya me había pasado algo. Os dejo el vídeo y la pequeña historia, a ver qué os parece. Una interpretación un tanto dramática de la canción:



El mar estaba rugiendo pero ni Heith ni yo nos percatábamos de eso, nuestras miradas se habían quedado estáticas mirando al mismo punto: nuestras caras. Solo faltó un segundo, hacía de eso ya casi un año, para saber que ni él ni yo podríamos vivir felices si seguíamos en aquella región asolada por la guerra. El gobierno había caído y poco a poco las pequeñas ciudades, aldeas y pueblos le acompañaban. Nunca fuimos un territorio demasiado grande, nuestra isla no era como Australia, casi ni éramos un punto en el mapa…Un punto que pronto carecería hasta de su propia identidad. 

-El barco no aparecerá hasta dentro de un mes. Si es que vuel…
-Volverá- dijo Heith. Él era el lado positivo siempre que discutíamos sobre nuestras esperanzas, éramos jóvenes, y aun así yo tenía el humor de una vieja carcamal. Creo que eso es lo que más añoro de él, la facilidad para darme una esperanza, una salida…
-¿Cómo estás tan seguro?
-Greph me lo prometió, me dijo que aunque nuestro barco no volviese, él mismo se encargaría de llevarnos. Aunque fuese con una barquita.
-Una “barquita”-hice incapié  en esa palabra y resoplé, no sabía cómo Heith seguía confiando tanto en la gente-. ¿Esa será nuestra escapatoria? ¿Una barquita? Greph no convencerá a nadie y lo sabes.
-Confío en él. Jamás me ha defraudado. Nos salvará, te salvará, si todo falla él estará allí.-No supe muy bien a qué venía ese comentario. Agité la cabeza en señal de duda. 

Las olas seguían rompiéndose en la costa como si no pasara nada, como si no hubiese peligro. Puede que tuviesen razón, Heith estaba a mí lado y yo iba armada. En ese instante tenía todo lo que necesitaba.  Desde luego no pensaba en enfrentarme a una oleada de soldados, hubiera sido estúpido por mi parte pensar de ese modo. No. Heith estaba a mi lado y yo iba armada, si era necesario moriríamos juntos. 

Papá había muerto hacía algo más de un año, cuando toda esta pesadilla empezó, y Mamá ya había partido en un barco hacia Nueva Esperanza, un territorio que los gobiernos externos nos habían prestado para poder reparar nuestras vidas. Mamá quería obligarme a subir con ella al barco, pero no pudo; el campamento estaba necesitado de jóvenes para proteger a los que quedaban. Le dije que iniciase una nueva vida, que me olvidase, que jamás no volveríamos a ver. Nunca la había visto llorar tanto. Pero, ¿qué iba a hacer? ¿Engañarla diciéndome que me esperase? No. Eso habría sido más cruel si cabe. Le repetí que si moría aquí, en mis orígenes, y con Heith al lado, sería feliz. Y esa era la realidad. 

Heith fijó durante un buen rato su mirada en la mía, como si estuviera buscando algo que no encontraba.

-¿Qué pasa?-le dije. Empezaba a ser incómodo.

-Ten fe, Bredy, ten fe por una vez en tu vida.-me apretó la mano. A pesar de la presión que hacía no me dolía, sus manos jamás dolían, tenían justo el efecto contrario, me reconfortaban. Y dicho eso se levantó llevando algo de arena consigo, y me besó en la frente. Se dirigió hacia la espesa naturaleza y en poco tiempo le perdí de vista. 

El campamento estaba seguro aunque Heith no estuviese vigilando, había otras 10 personas de guardia mientras nosotros descansábamos, supongo que había pasado bastante tiempo para que finalmente hubiese optado por ir a echar un vistazo. 

La piedra ya me empezaba a pinchar el trasero así que me levanté y fui a dar un breve paseo por la playa. El sol estaba poniéndose, parecía una yema en el cielo rojizo, seguidamente las tripas me rugieron rompiendo aquella instantánea perfecta. Me dirigí hacia las palmeras que estaban ladeadas en forma de cruz (detrás de ellas se encontraba el campamento) tenía un hambre inmensa y la cena ya estaría preparada. 

                                                                 *****
Pasaron varias semanas hasta que volví a ver a Heith, al siguiente dia de que estuvimos en la playa, el director del campamento le envió a investigar moviemientos extraños que habían percibido por la carretera, a unos 10 km de nuestro asentamiento. Las semanas pasaron mecánicamente, en cierto modo era la mejor manera que podía pasar la espera hasta que volviese. Tanto Amy como Jon me servían de distracción por las noches, aunque siempre tenía en mi mente a Heith, ellos me ayudaban a concentrarme en mi objetivo. Amy había perdido a todos sus hermanas en la primera oleada de los soldades en nuestras tierras, a pesar de eso después de unos meses volvió a recuperar su sonrisa de siempre. Supongo que gracias a Jon, era su  mejor amigo y siempre le sacaba una sonrisa.

La calma del campamento se rompió una tarde lluviosa. Jon acababa de terminar su descanso de 30 minutos cuando una explosión amenazó nuestra seguridad. Todo el campamentó se inquietó y aunque durante varios segundos nadie dijo nada todos estábamos pensando en los planes para salir de aquel lugar vivos. De pronto una alarma empezó a sonar por todo el recinto, y luces rojas iluminaron las pequeñas chozas de madera que nos había dado tiempo a construir. Supe perfectamente a dónde tenía que ir.

Cogí una mochila que tenía preparada. Heith siempre contaba con este tipo de cosas, y ya me había avisado que, si lo enviaban a investigar algo, sería porque algo gordo iba a pasar. Y tenía razón. La alarma roja era la peor que habíamos tenido en meses. Ni siquiera me despedí de Amy y Jon, cogí alguna fruta que vi por el camino y me escabullí entre unos matorrales. 

Heith y yo habíamos descubierto hacía unos 4 meses una cueva en una parte del acantilado, el camino era resbaladizo y la caída habría acabado con cualquiera desde aquella altura. Heith me había enseñado a bajar por la piedra del acantilado, seguí escrupulosamente el camino que me había señalado y que recordaba en mi cabeza como si lo tuviese grabado con hierro de marcar. 

Estuve allí un par de días, Heith no había llegado aún, y la culpa por quizá haberle dejado solo me empezó a agobiar así que decidí ir a dar una vuelta para investigar. Esa mañana no había escuchado nada especialmente sospechoso.

Cuando pasé por el campamento me quedé por un minuto de piedra, pero seguí adelante, no era la primera vez que veía cadáveres. Además, aunque suene mal, no había ningún ser querido entre los fallecidos. Tampoco es que hubiese demasiadas probabilides de que hubiesen dado con las únicas 3 personas con las que me había relacionado.

Algo crujió detrás de mí, no me di la vuelta instantáneamente, esperé a que se acercase un poco y justo cuando le tenía en mi espalda me di la vuelta y probé una llave que nos habían enseñado. Funcionó. El desconocido quedó inmovilizado. Por un segundo pensé que quizá podía haber sido Heith, pero no fue así. A quien me encontré frente a mis ojos fue a Greph. Su melena rubia atada con una pequeña goma le delató. 

Greph me dijo que no había logrado convencer a nadie para que nos rescatasen.(Era lógico, nosotros éramos los últimos y la guerra había llegado ya al punto cúlmine, habría sido una estupidez por parte de nuestros rescatadores. La nación que nos oprimía era demasiado poderosa para que nadie se atreviese a hacerle frente). Sin embargo, Greph había traído una lancha que, aunque no tenía suficiente combustible para llegar a la costa de Nueva Esperanza, sí que nos permitiría llegar a la frontera marina. Desde ahí lanzaría una bengala que avisaría a las autoridades. Aunque pareciese extraño, me pareció un buen plan, puede que Greph no fuese tan estúpido como pensaba…

Aquella misma tarde vi regresar a Heith de donde sea que lo tuviesen preso. Nos contó lo que pudo, le habían tramado una emboscada, consiguió huir a tiempo pero le habían dado en el hombro. La herida se había infectado, y tal como me dijo iba a morir inminentemente. No había mucho que discutir, Heith no había acabado la carrera de medicina, pero sabía lo suficiente como para declarar su propio fin. No dije mucho durante el resto de la tarde, nos dirigimos a la lancha que estaba escondida en medio de unos árboles caídos en un rincón de la costa. Heith nos obligó a que no lo lleváramos, nos pidió que le diésemos una planta que al parecer servía como fuerte anestesiante. 

-Al final no es tan inepto, eh.-Heith estaba sudando. Todavía no había tomado la planta que le había chamuscado en una piedra. Antes necesitaba decirme una cosa.

-Lo siento, Greph se ha espabilado. Hace años que no lo veía…ahora es más…autosuficiente.

-Sí…Bredy-levantó la mirada, no soportaba verlo así, de modo que agaché la cabeza sin embargo él me la levantó de nuevo, con una mano temblorosa. Se la cogí entra mis manos y le acaricié la mejilla. Intenté guardar en mi memoria ese recuerdo, esperando que jamás nadie consiguiese destruirlo.-Bredy, escúchame. Quiero que…quiero que seas feliz. No, no me mires así…Te echaré de menos, sí…pero yo ya he pasado a mejor vida. Te recordaré siempre tal como eres, cascarrabias, hermosa y…diferente a todas las demás. De ese modo aunque a ti te pase algo, Dios no quiera, vivirás, porque yo te habré llevado conmigo…Pero mientras estés aquí, prométeme...Berdy, mírame-le miré, o al menos lo intenté-. Prométeme que cumplirás todos tus sueños. Todos…todos aquellos que esta mierda de gente ha fingido romper. Prométemelo.

-Te lo prometo Heith. Te lo prometo.

No sé si Heith murió en aquella costa o si entró a la selva para dormir junto a las palmeras que tanto le gustaban. Lo único que sé es que nos despidió desde la pequeña playa de aquel rincón de la costa. La última imagen que tuve de él, fue su sonrisa blanca reluciendo en medio de la oscuridad del cielo, que ese día cayó inexplicablemente más rápido de lo normal.
                                                                                 
                                                                        Fin.

10 comentarios:

  1. ¡Felicidades, está muy bien escrito! Me hagustado mucho, qué pena, la verdad es que las cosas suelen ser así, en las guerras los más desfavorecidos son las gentes de las regiones pequeñas, y más si es una isla.
    El único defecto que puedo sacar a tu relato es el tipo de letra, que me ha costado leerla, y eso que no estoy cegata jaja.
    Si quiere pueds pasarte por mi blog, y de paso lees mi relato.
    Besos desde El baúl de Penélope ^^

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  2. ¡Me ha gustado la verdad! No es muy original, pero tiene ese algo que te llena. Me encantado lo último "su sonrisa blanca reluciendo en medio de la oscuridad del cielo"

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  3. ¡Hola, compi de Taller! ^^

    Por fa, ha sido suuuuuuuper emotivo. Morí cuando Heith se despide, me pareció tan tan tan emotivo... puf, me quedé con ese nudo en la garganta... ¡ha sido muy bonito! Me ha parecido original y muy bien escrito, atrapas con tu forma de escribir. Yo al menos me he metido dentro de la historia ^^

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  4. ¡Hola!
    Estoy llorando, te parecera bonito xDD
    Suena muy a tópico lo que es la situación en si pero le has metido cosas no tan tópicas en estos casos y me ha conseguido atrapar enseguida.
    Quizá no sea la mejor valoración, pero yo te la doy igual jajaja ;)

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  5. Me ha entrado mucha curiosidad este ambbiente de guerra y opresión. La verdad es que pareciera que podría dar lugar a más relato. Por lo demás, me ha gustado el relato, aunque hay algún fallito de tipeo (se te ha escabado un "Berdy" en el final) y quizás le falta un poco de ritmo. Peor en general, muy chulo.

    ¡Un beso!

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  6. Una historia más que currada! Ay que ver las cosas tan distintas que inspira la canción :P Está muy bien escrito, quizás le falta un poco más de vertiginosidad. Un poco de contrarreloj. Sigue así y quizás, quien sabe, este relatito te de ideas para algo más largo! ^^

    Un besazo! Y nos leemos en la siguiente entrega!

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  7. Me gustó, es triste y real, como lo es la guerra.
    Muy buen material.
    Saludos!

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  8. ¡Hola!
    El relato me gustó. Emotivo en la despedida.
    Ciertamente tiene algunas cositas que mejorar, pero para eso estamos en el taller ¿cierto? ;-) La práctica es la mejor manera de mejorar.
    Sólo te voy a decir una cosa ahora, y es que la parte que dice "-Sí…Bredy-levantó la mirada, no soportaba verlo así, de modo que agaché la cabeza sin embargo él me la levantó de nuevo, con una mano temblorosa.(...) " resulta confusa, porque quien habla es Heith, y el "levantó la mirada" es de él también, pero luego sigue con acciones de Bredy. Tendrías que haber un punto. Tal vez sonaría mejor algo así :
    "-Sí…Bredy- levantó la mirada.
    No soportaba verlo así, de modo que agaché la cabeza. Sin embargo, él me la levantó de nuevo con una mano temblorosa. Le cogí su cabeza entre mis manos y le acaricié la mejilla. Intenté guardar en mi memoria ese recuerdo, esperando que jamás nadie consiguiese destruirlo.
    -Bredy, escúchame.(...)"

    ¡Seguí así!:-)
    ¡Saludos!
    JMH

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    Respuestas
    1. Muchas gracias. Me he dado cuenta de lo mal que suena en cuanto me lo has dicho. Muchísimas gracias, de nuevo :D

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